viernes, 31 de agosto de 2012

Enjuto

Consulté varias palabras en el DRAE, pero me parecía que ninguna daba el ancho para una entrada de viernes, todas inexistentes o sin emoción, hasta que llegué a ENJUTO. Sí, parece una palabra sin gran emoción, nada nuevo ni interesante que pudiera decirse de ella... hasta que ves algunas de las definiciones:

1. adj. Delgado, seco o de pocas carnes.
2. adj. ant. Parco y escaso, tanto en obras como en palabras.
3. m. pl. Entre pastores y labradores especialmente, tascos y palos secos, pequeños y delgados como sarmientos, que sirven de yesca para encender lumbre.
4. m. pl. Bollitos u otros bocados ligeros que excitan la gana de beber.
5. f. Arq. Triángulo o espacio que deja en un cuadrado el círculo inscrito en él.
6. f. Arq. albanega (‖ de un arco de forma triangular).
7. f. Arq. Triángulo curvilíneo de los varios que forman el anillo de la cúpula.


Encontré, también, otras dos páginas en internet con "definiciones", pero sólo unas de una página me gustaron:
m. pl. Tascos y palos secos para encender lumbre.
2 que es escaso en palabras o actos

A mí, la verdad, me gustan mucho la definición 4 del DRAE, y las últimas dos. La idea de comerte un bollito que exictan la gana de beber (que no las ganas, por favor), me parece un misterio (poderoso y místico, como dice la canción) me parece fabulosa. Así como para decir:
Bueno, hoy que es viernes y salgo temprano del trabajo, me apetece un enjuto, y el resto, será lo que tenga que ser.
Las últimas dos, también me gustan, porque nunca pensaría que con algo enjuto podrías encender la lumbre, y mucho menos que una persona enjuta sea aquella que habla poco y hace poco.

Podríamos decir, para terminar, que no soy una mujer enjuta, pero que gusta de usar enjutos para prender el fuego y para abrirme la gana de beber.

jueves, 30 de agosto de 2012

Menjurje

Esta palabra me gusta porque se usa mucho, uno se pone los menjurjes o haces menjurjes para embellecerte (bueno, lo intentas, que tampoco es una ciencia exacta) y eres bien feliz. Al buscarla en el DRAE, primero la escribí com menjurge, porque así sonaba más adecuado, pero no existe y me dio la opción de menjurje, que tampoco existe (entonces, ¿por qué me da la opción?), pero sí mejunje (¿quién diablos usa esa palabra, sin la r no tiene chiste) y significa:

Del ár. hisp. mamzúǧ, y este del ár. clás. mamzūǧ, mezclado).

1. m. Cosmético o medicamento formado por la mezcla de varios ingredientes.


Claro, evidente y sin chiste alguno, en realidad ya que lo ve uno objetivamente, ni siquiera amerita estar en esta sección, que es reservada para palabras bonitas. Aunque hoy, como ya limpié en tacones y falda sensual la oficina, me parece que puedo tomarme una licencia poética y dejarla. Además, uno nunca sabe cuándo pueden ofrecerse unos menjurjes para embellecer esta carita...

¿Qué hiciste hoy al llegar a trabajar?

Hoy tuve que hacer algo que NUNCA en mi vida pensé que podría hacer en el trabajo, y no es que me moleste, que no va por ahí, es más bien por la ironía de la vida.

Llegué no del todo feliz a trabajar (no sé qué me hacen las mañanas que llego de muy buen humor a trabajar, como regla, que hay unos días que podría matar a cuanto ser se me cruce enfrente), por la gripa, pero de buen humor, porque todos los retrasos en casa no afectaron mi hora de llegada. Así que, medio feliz caminé desde el estacionamiento al edificio donde trabajo, muy sexy yo con mis tenis (porque bajar tres cuadras en tacones por unas banquetas mal hechas y llenas de cada de perro no es lo mío) cuando veo que justo mi jefe está estacionando su coche, "claro, la clase de cosas que me pasan a mí, que me vea el jefe en falda y tenis, bien guapa"´, pensé. Pero ni qué hacerle, saludé en el elevador, platica casual y poco prometedora (ni recuerdo de qué hablamos), abrió al puerta de las oficinas (porque yo no tengo llave y nadie con llave había llegado temprano) y me dijo que hoy llegarían otra vez los señores de la vez pasada (aquí nunca nos visita nadie, y justo esta semana hemos tenido 4 visitas), para que tuviéramos vasos y aguas y todo listo.

Claro, nadie contaba con que el buen hombre que hace la limpieza de las oficinas estuviera de vacaciones y éstas no se hubieran limpiado desde el viernes. Así pues, yo que no soy remilgosa, me dispuse a limpiar, lo básico nada más, barrer, trapear y limpiar el baño. Eso sí, nadie podría pensar que lo haría como estoy vestida (porque no traigo una muda adecuada para esos menesteres), pero sí lo hice:
Con blusa pegadita sin mangas, falda gris entallada desde la cintura hasta abajo de las rodillas, medias color piel (no mi color de piel, pero quiero pensar que el de alguien sí) y tacones rojos.
Barría, trapeaba, me agachaba y pensaba que no estaría padre que al levantarme viera a alguno de mis jefes o compañeritos de trabajo echando ojo a mi retaguardia...
Yo, que no soy imaginativa, recordé a La Niñera (el programa de televisión) y me pareció que lo más apropiado, para conseguir un buen aumento, era que mis dos jefes (o alguno de ellos, no soy tan exigente) se fijara en la entrega y compromiso que muestro hacia la empresa y mi trabajo. No cualquiera decide limpiar sólo de buena voluntad, y me parece que sólo hay un tipo de mujeres que limpian vestidas como estoy yo hoy, y ellas ganan mucho dinero.

Ahora que lo escribo, pensé si no sería también una buena estrategia en casa, arreglarme para sacudir y que llegue el novio y me vea, en tan honrada hazaña, vestida como para matar... tal vez también podría proveerme algún beneficio.

Y, ya entrados en calor, podría patentar esto como una forma de vida, capaz que gano más dinero que de asistente...

miércoles, 29 de agosto de 2012

Y me puso a pensar

Me gustaría decir que no es cierto, que eso no es importante porque yo estoy bien pero bien feliz con mi novio (y es cierto), pero la verdad es que hay ciertas situaciones que no dejan de desconcertarme.

Por ejemplo, hoy por Facebook me enteré que el chico del que estuve "enamorada" toda mi adolescencia, le propuso matrimonio a su novia. Y claro, hay una parte narcisista que siente "coraje" porque no decidió quedarse a vestir santos sólo porque yo no quise estar con él (maravillosamente, cuando a mí dejó de gustarme, él comenzó a insistir y buscarme y demás ironías). Porque a todos nos pasa, ¿no? nada tiene que ver con que uno quiera estar con ellos, sino con que ellos no quieran estar conmigo (¿quién puede no querer estar conmigo?).

Tampoco tiene que ver con que yo quiera casarme (algo así como que me proyecto), porque no quiero hacerlo, soy la más feliz del mundo con mi relación y el no-casamiento. Pero da para pensar, porque el tiempo pasa y pasa y pasa, y si no te das cuenta, todo está cambiado y no entiendes por qué. Hasta hace poco (o parece poco) todos eran solteros y andaban felices por la vida, no había más que planes a futuro. Ahora, todos vivimos "en" lo planeado, estamos ahí y pareciera que ya no hay nada qué planear (que no sea lo evidente: tener hijos, trabajar, envecejer), y esto resulta raro para mí, que mis amigas (y conocidas) estén casadas, que algunas tengan hijos... y yo, con mi vida que va por otro lado (ni casorio, ni hijos, ni ningún plan convencional) me siento cada vez más desconcertada, desconocida de este mundo en el que vivo, de las personas que me rodean. 

Y no es, en este sentido, una queja, pues me fascina hacia dónde va mi vida y lo que estoy haciendo, mis relaciones (amistosas, familiares, de pareja). Tal vez sea sólo una pregunta, ¿si la vida de todos va por otro camino, a la larga estaré sola?

Qué cosas provoca en mi cabeza que un chico le haya propuesto matrimonio a su novia...

martes, 28 de agosto de 2012

Escombrar/escombros

Esta no es una palabra extraña (ninguna de las dos), se utiliza en varios contextos y todo el mundo parece entenderla, no implica gran ciencia. Aún así, me puse a pensar que tal vez escombrar y los escombros son opuestos o no-iguales. Razón por la cual, la curiosidad nos ganó y corrimos electrónicamente hasta el DRAE para averiguarlo.
Escombro significa:

escombro1.
(De escombrar).
1. m. Desecho, broza y cascote que queda de una obra de albañilería o de un edificio arruinado o derribado. U. m. en pl.
2. m. Desecho de la explotación de una mina.
3. m. Ripio de la saca y labra de las piedras de una cantera.
4. m. Pasa menuda y desmedrada que se separa de la buena y se vende a menor precio, generalmente para hacer vino.
5. m. Mur. En el pimiento seco, parte que está junto al pedúnculo.
hacer ~.
1. loc. verb. coloq. Arg. y Ur. Magnificar la importancia de un hecho o el modo de realizarlo para llamar la atención.


Escombrar, por su parte, es:

escombrar.
(Del lat. vulg. *excomborāre).
1. tr. Desembarazar de escombros un lugar para dejarlo llano, claro y despejado.
2. tr. Desembarazar, limpiar.
3. tr. Quitar de los racimos de pasas las más pequeñas y desmedradas.
4. tr. coloq. Mur. Quitar el escombro del pimiento para moler la cáscara.


Una vez leídos, me he dado cuenta de que en realidad no son opuestos, pero sí me siguen pareciendo incongruentes; si el escombro es desecho de "algo", escombrar debería ser llenar de desechos, ¿no? ¿por qué escombrar es quitar el escombro? No me cuadra. Digan lo que digan, no me cuadra.

Por eso, cuando escucho la frase "escombra tu cuarto" pienso que ya lo está, si NO tuviera escombros, no necesitaría escombrarse, ¿no?

Es raro, muy raro...

¡Premio!

Es mi primera vez, nunca pensé que podría pasarme o que alguien me consideraría para algo así; puedo decir que me siento muy emocionada al respecto, así que tendremos que compartirlo:


Mi Álter Ego me nombró para el premio "Anteponer la diversión a la competitividad" y, además de agradecérselo enormemente, me corresponde nombrar a otros 10 blogs ganadores (con menos de 100 seguidos), así que... ¡Ahí van!


  1. A El desarmador, del blog: http://soyeldesarmador.blogspot.com
  2. A Mi pequeña huerta enjaulada: http://huertaenjaulada.blogspot.mx/
Y... son los únicos blogueros con menos de 100 seguidores que sigo... PERO, de todas formas, muchas felicidades a todos nosotros :)



viernes, 24 de agosto de 2012

Escarmenar

Como hoy es viernes, y la verdad es que he tenido una semana llena de emociones fuertes y felicidad (porque estudiar psicoanálisis me llena de felicidad, hay que decirlo), he decidido escribir sobre una palabra que sea especial para mí. Desgraciadamente, he descubierto que las palabras no significan lo que uno cree que significan (ya lo decía Lacan) así que voy por la vida colocando mi pensar y sentir en los cajones equivocados (porque han de saber que yo tengo mi "interior" como un gran archivo con cajonsitos, así como antes guardaban las tarjetas de los libros en la biblioteca).

Esta palabra es especial porque mi abuela la decía mucho, cuando era niña me gustaba la libertad de cabellera (así, como Amanda Miguel... qué cosa) y andaba por el jardín (enorme, lleno de lugares para esconderse, correr, y terminar bien pero bien sucio) con mi cabellera al viento (así como Mérida la de Valiente, pero gacho), y mi abuela gritaba: nena, ¿ya te escarmenaste el cabello? si no, todas las mañanas la escuchaba: antes de jugar o desayunar debes escarmenarte el cabello, dos veces, con el cepillo que no te lastima (ella usaba peines, pero tenía cepillos para mí... ahora yo uso peine, quién lo hubiera pensado).

De forma orgánica, sabía perfectamente qué quería decir escarmenar, no es exactamente peinarse, ni desenredarse el cabello, yo lo veía como cepillarte para que "brille" (ahí nada más mi puritita proyección incosnciente); ahora, obviamente, no estoy segura de qué significa, qué implica, de dónde viene y a dónde va. Afortunadamente, mi amigo el DRAE tiene todas las respuestas:
1. tr. Carmenar la lana o la seda.
2. tr. Ingen. En las minas, escoger y apartar el mineral de entre las tierras o escombros.
3. tr. El Salv. y Ven. Desenredar el cabello.
4. tr. p. us. Castigar a alguien, por travieso, quitándole el dinero u otras cosas que puede usar mal.
5. tr. p. us. Estafar poco a poco.


¡Me fascina esta sección del blog! Tanto conocimiento escondido y yo con ganas de hacer crisálidas con aire (perdón, es que recién terminé la trilogía de 1Q84 y eso tiene estragos en mi ser). Obviamente, escarmenarse el cabello no corresponde a la primera definición ni a la segunda; es, claramente la tercera (aunque yo me pregunté por qué mi abuela, mexicana de la capital, que sólo había vivido en Tijuana unos meses, utilizaba esa definición de El Salvador o Venezuela). Esto, afortunadamente, me da tranquilidad y puedo respirar pausadamente porque sé que no estoy tan enrada en mis recuerdos.

Lo emocionante surge cuando leemos las últimas dos definiciones: ¡castigar a alguien por travieso! ¡estafar poco a poco! No tiene madre, me fascina, aunque, hace que me cuestione si estará relacionado con escarmentar (escarnio)... un momento y lo confirmo. No, no es lo mismo, ni siquiera se parece (pero como están muy buenas las definiciones, le daremos una entrada para él solito).

De ahora en adelante pensaré que en la frase escarmenarse el cabello se esconde un eufemismo... algo subrepticio que sólo yo puedo dilucidar... ¡han sido avisados! 

miércoles, 22 de agosto de 2012

Gente

Como bien escribía en el post pasado, "hay de gentes a gentes" y, por lo mismo, yo soy de las gentes (ja) que disfrutan buscar definiciones en el diccionario y, como quería estar segura de no decir barrabasadas (ajá, una nueva palabra para la lista de espera), investigamos lo siguiente:

1. f. Pluralidad de personas.
2. f. Con respecto a quien manda, conjunto de quienes dependen de él.
3. f. Cada una de las clases que pueden distinguirse en la sociedad. Gente del pueblo. Gente rica o de dinero.
4. f. coloq. familia (‖ grupo de personas que viven juntas). ¿Cómo está tu gente?
5. f. Am. persona (‖ individuo).
6. f. Am. Persona decente. Ser gente. Creerse gente. Hacerse gente.
7. f. desus. pueblo (‖ conjunto de personas de un lugar).
8. f. pl. desus. Entre los judíos, gentiles.
~ bien.
1. f. La de posición social y económica elevada.
~ del bronce.
1. f. coloq. gente resuelta y pendenciera.
~ del trato.
1. f. La que se dedica a la compraventa en las ferias de ganado.
~ de pelo, o ~ de pelusa.
1. f. coloq. desus. La rica y acomodada.
~ de pluma.
1. f. coloq. La que tiene por ejercicio escribir.
~ de toda broza.
1. f. coloq. desus. La que vive con libertad, sin tener oficio ni empleo conocido.
~ gorda.
1. f. coloq. La importante o de buena posición.
~ menuda.
1. f. coloq. niños.
2. f. coloq. p. us. plebe (‖ clase social más baja).
~ non sancta.
1. f. coloq. La de mal vivir.
~ perdida.
1. f. La vagabunda, haragana o de mal vivir.
buena ~.
1. loc. adj. Dicho de una persona: Que es buena, que tiene bondad.
de ~ en ~.
1. loc. adv. desus. De generación en generación.
derramar alguien la ~ de armas, o de guerra.
1. locs. verbs. ants. Despedirla, licenciarla, o reformarla.
~ de paz.
1. expr. U. para contestar a quien pregunta, cuando alguien llama a la puerta.
hacer alguien ~.
1. loc. verb. reclutar.
ser alguien como la ~.
1. loc. verb. Am. ser gente.
ser alguien ~o muy ~.
1. locs. verbs. Am. Ser como es debido, recto, irreprochable.

Una de las cosas curiosas que aprendí en la carrera de derecho es que el plural de gente (que ya es un plural, o un sustantivo colectivo) sólo es aplicable y correcto cuando se utiliza para referirse a las Naciones Unidas, porque ellas son, en sentido estricto, un conjunto de gente, es decir, ¡GENTES!

Pero dejemos las nimiedades atrás y escribamos sobre los diferentes significados o usos de la palabra, porque  a mí, por lo menos, me encantaron:
  • Gente del bronce (resuelta y pedenciera, es decir, propensa a riñas). ¿Gente de bronce porque le gusta pelear o reñir? ¿De verdad? Ja, ja, ja. Creo que nunca en mi vida he escuchado a nadie utilizar esa expresión: es que Juan es gente del bronce. Una cosa es sacar el cobre (es decir, mostrar la poca educación que se tiene), pero ¿el bronce? verdaderamente genial. La utilizaré la próxima vez que vea la UFC, porque eso sí, me encanta ver a la gente de bronce que pelea artes marciales mixtas.
  • Gente de pelo o pelusa. ¡En mi vida pensé que ser gente de pelo era ser rico y acomodado! Me mata, de verdad que me mata, sobre todo porque una amiga de la prepa solía decir que "la pelusa" es más bien la gente iuj, o de mal ver, o de malas costumbres. Aunque, si lo pensamos, tener pelo siempre es una característica positiva, que denota "algo" especial, sobre todo después de cierta edad (aunque no el pelo en todos lados, porque nadie piensa que alguien con pelos en la nariz que asoman, es de mucha clase o algo así).
  • Gente de toda broza. ¡Ay, güey! Si me saco una frase así en una reunión, seguro que pasaré por súper culta e interesante (como me pasó el viernes que usé cornucopia). Pero, lo mejor de lo mejor es que suena terrible, el peso moral implícito no pasaría desapercibido... aunque entiendo que la "gente" (según el primero significado) no considera algo bueno que una persona viva con toda libertad... pura envidia, digo yo.
No quiero alargar mucho el post, así que los invito a dar más ideas sobre la "gente" o, en su defecto, definirlo. ¡No se limiten!

Hay de gente"s" a gente"s" (como dice el dicho)

Pues sí, a pesar de que la palabra gentes no es del todo adecuada (pero en breve hago el post correspondiente a la definición, que me cayó re bien), cuando uno cita un refrán o dicho, lo correcto es decirlo igual que como lo dicen.

Aclarado el punto, de manera innecesaria, quiero comentarles que estoy requete contenta, es más hasta podría decir contentísima. Por cuestiones que no puedo describir, pero cuyas consecuencias nos emocionan, les platico que ayer tuve una "plática" con el jefe, ajustes que se hacen al principio de la relación laboral, bla bla bla, y me pasó algo increíble, que nunca pensé que me pasaría:
mi jefe se puso de mi lado, todo lo que me dijo fue constructivo y apoyándome. Así, como textualmente dijo: " te lo digo porque quiero que te sientas bien y estés bien, no para que te sientas mal".

Y sí, me siento bien y agradecida, porque tener un tipazo por jefe no pasa todos los días (pregúntenmelo a mí), y mucho menos uno que es un gran tipo y sabe reconocer las virtudes de sus empleados y, a partir de ellas, mejorar las desventajas... un tipazo, nada más que decir.

(Sobre todo, con la falta que me hacía tener un jefe así...)

martes, 21 de agosto de 2012

Compungido

Escribiría hoy, que me siento compungida, y con ganas de llorar. A veces me impresiona lo cruel que puede ser el medio, lo irónico que resulta no hacer algo para evitar un problema y que el problema se "te voltee" justo porque no dijiste nada y ahora alguien más lo dijo y ni modo, te jodes porque la primera versión siempre es la tomada por verdadera.

Así pues, la palabra de hoy será compungido, que es un adjetivo (además de un verbo participio) y significa, muy acorde conmigo, según la RAE:
Atribulado, dolorido.

Busqué también, porque una cosa es sentirse compungida y otra muy diferente no hacer bien la búsqueda, el verbo compungir, que significa:
 tr. defect. Mover a compunción.
2. tr. defect. ant. punzar.
3. tr. defect. ant. Dicho de la conciencia: Remorderle a alguien.
4. prnl. defect. Dicho de una persona: Contristarse o dolerse de alguna culpa o pecado propio, o de la aflicción ajena.


Claro, yo pienso muchas cosas cuando leo esto, ¿qué es compunción? ¿por qué, compungir es sinónimo de punzar (suena interesante, ahora conjugo), ¿por qué te remuerde la conciencia y te sientes, por ende, compungido? Y, más importante ¿quién diablos usa la palabra contristarse? ¿qué es eso, de dónde salió?

Vamos vamos, porque curiosos estamos.
Compunción significa, para hacerme poco feliz:
Sentimiento o dolor de haber cometido un pecado.
2. f. Sentimiento que causa el dolor ajeno.


Y digo poco feliz, porque si compungir es mover a compunción, y compunción es un sentimiento o dolor de cometer un pecado o por un dolor ajeno, entnces resulta que te sientes compungido cuando te da culpa o codependencia. Y eso ya no va con mi estado de ánimo.

Además, resulta que contristar significa entristecer o afligir; y yo vuelvo a preguntarme ¿para qué le ponen entonces el con-? ¿no es más fácil decir que estás triste que decir que estás contriste?

Ahora, además de compungida me siento frustrada, porque resulta que la palabra no satisfizo mis expectativas como yo esperaba, ni nos brindó muchas opciones bonitas y padres para escribir. 

Tal vez es mi ánimo, pero de todas formas, me compunge que compungida no sea sólo triste o atribulada.

Dilema bloguero


A veces siento que lo que escribo no dice nada de mí, o nada de mí de forma real y tangible. Escribo y escribo lo que pienso, pero no estoy completamente segura de que eso implique, en sentido estricto, hablar de mí; siento que al decir lo que pienso me distancio de mí, pues no cuento nada personal o realmente relacionado con lo que siento (y me parece que esto me hace un poco de falta). Claro, podría resolverlo fácilmente escribiendo sobre lo que hago, o sobre lo que siento, pero me entra un conflicto existencial y decido no hacerlo.

Cuando comencé a escribir mi blog quería tener muchos seguidores, escribir ensayos y ser muy feliz porque podía externar las mil posturas o ideas que tengo, pero con el tiempo pasó algo extraño: por un lado, escuché algunos comentarios de queja sobre lo que escribía, porque implicaba a gente que me leía o que podía ser perfectamente identificable por otro que me leyera y, también, que lo que escribía podía ser tomado (no dijeron específicamente que lo tomaban así, pero yo supongo que sí) como una agresión hacia ellos. Lo entiendo, cuando escribes ensayos y “juzgas” ciertas conductas (que es lo que más me gusta hacer), corres el riesgo de que alguien que lo lea realice esa actividad o se comporte de esa forma es un riesgo, y grande (sobre todo porque me inspiro en lo que veo o recuerdo); obviamente, yo espero que quien lo lea tenga en mente que no escribo agresiones generalizadas que en realidad quisiera dirigir a ellos, o que estoy juzgándolos de manera particular. No es eso, si mi intención fuera esa, lo haría de forma directa y personal, no en mi blog, públicamente, para que lo vean todos…

Aún así, he decidido no hacer del todo público el blog; es decir, no invito a la gente en Facebook o Twitter a que lo lean, y más bien dejo que alguien que sí lo lee, lo recomiende. Esto, irónicamente, me da coraje, porque si escribo en un blog, público, es porque existe la pretensión de que quiero ser leída (si no, lo dejaría todo en mi cabecita o en mis cuadernos) y lo lógico sería hacerlo público y que a quien le moleste o no le guste, se vaya a saludar a la tía de las muchachas. Pero no puedo, no sé por qué, pero algo me frena y no consigo hacerlo. Tal vez, considero que no está bien ser leída a costa de los demás. Aunque, por el otro lado, nada me garantiza que no me lean y se enojen…

Tengo un dilema…

lunes, 20 de agosto de 2012

Todo cabe en un jarrito si se sabe acomodar.


Este post está inspirado por el apretujado.
A mí me gustan los jarritos y no sólo para tomar café en ellos (no me gusta el refresco marca Jarrito, pero eso es sólo porque el único refresco que me gusta es la Coca… no hay más que hacer) o usarlos de adorno, me gustan los jarritos como metáfora, porque les cabe todo.
Este es un refrán que acabo de investigar:
Refrán popular de índole exclamativa que aconseja no desesperarse y obrar en todo con orden cuidado y paciencia para lograr lo que uno se ha propuesto. quizás la imagen del jarrito no sea la más adecuada para un reacomodo y haya que acudir a la variante que dice todo cabe en un costal en sabiéndolo acomodar.

También encontré otra página, http://www.academia.org.mx/dicrefran/DICAZ/j.htm , en la que (además de encontrar muchísimos refranes que ya compartiré por acá), en la que lo definen igual. Afortunadamente otra página lo define así http://refranesyconsusignificado.blogspot.mx/p/refranes-y-con-su-significado.html :
El elogio del orden y de la economía, el arte del bien disponer las cosas para su mejor aprovechamiento.

Esto nos permite concluir, por maravilloso que parezca, que ¡nada tiene que ver con el acomodo como tal! Es más bien una metáfora o alegoría o algo (no vale que digan refrán, porque eso ya lo sabemos) sobre la planeación y proyección, la paciencia, bla bla bla. Eso no es lo que yo he asociado TODA MI VIDA cuando escucho este refrán.

¡CHALE! Eso me pasa por buscar información y no escribir sólo lo que sale de mi cabecita.

Hagamos de cuenta que no lo escribí ni averigüé, y regresemos a lo que yo quería decir al respecto. Así pues, decía yo que este refrán es bien importante para mí, no sólo porque me gusta la idea del jarrito (de cerámica, bonito, gordo de abajo y chato de arriba, con el asa tan gordita), sino porque mi abuelita me lo repetía mucho cuando era niña. Siempre, ante cualquier problema de espacio o acomodo (es decir, de acomodar) decía “todo cabe en un jarrito si se sabe acomodar” y yo, que le creía TODO lo que decía, y además confiaba ciegamente en ella (ya no, porque en sentido estricto ya no puedo porque murió, pero confío que todo lo que me dijo es verdad, y así será hasta el final de mis días o mi memoria).

Y como le creía, lo aplicaba, siempre había que encontrar el cómo, la posibilidad estaba ahí y sólo era cuestión de verla. Por eso, el orden para mí resulta orgánico, real y necesario; no necesario porque soy una mujer obsesiva y controladora que espera que todo sea como yo quiero/necesito/pienso, sino que es ahí está y es de necios no tomar ese camino. Tal vez sea un poco exagerado, no lo sé, pero a mí me ha funcionado maravillosamente, todo en mi vida suele estar acomodado o tiene un lugar determinado (o por determinar), y esto hace que el resto sea más sencillo.

Por ejemplo, si tienes todos tus documentos ordenados, el día que necesitas algo, te toma 20 segundos encontrarlo, pues tiene un lugarsito entre todos los papeles, y sabes que ahí está. Así es con todo, la ropa, los libros, los enseres y alimentos en la cocina, todo bien arregladito (no quiere decir que me ponga bien loca si las cosas no están en su lugar, tampoco es para tanto, pero sí procuro que estén ahí, por cuestiones de practicidad).

Además del orden, este refrán me ha permitido entender que todo cabe, todo tiene un lugar y siempre habrá espacio para eso, físicamente, emocionalmente, o mentalmente. Si a veces siento que no “cabe” es porque aún no lo acomodo, pero no porque no corresponda a ese lugar.

Y esto, simple y sencillamente, me hace sentir mejor, me da tranquilidad y me gusta. Y gustarme me parece lo más importante, además, mi abuela era una mujer muy sabia, y si ella decía que “todo cabe en un jarrito si se sabe acomodar”, es así.

sábado, 18 de agosto de 2012

Apretujado

Porque así van las carnes cuando uno sube de peso y sigues usando ropa de cuando pesabas 10 kilos menos... o así viene uno en el metro a las 6 de la tarde. 
Yo pensé que apretujado tal vez no vendría en el diccionario, tal vez era una palabra inventada por los mexicanos (así como las mirusas de mi abuela) y resulta que no, que sí existe y está en el diccionario de la RAE, el cual la define como:

1. tr. coloq. Apretar mucho o reiteradamente.
2. prnl. Dicho de varias personas: Oprimirse en un recinto demasiado estrecho para contenerlas.


Obviamente, los dos conceptos corresponden a lo que yo entendía por apretujar; podría parecer que esta palabra no tendrá ningún chiste ¡pero aún no hemos terminado! Encontré un sinónimo de apretujar que se escucha muy divertido, es atortujar (que, irónicamente, no significa lo mismo, porque significa "aplastar o aplanar algo apretándolo).

Entonces, nos pueden apretujar en el metro, podemos apretujar nuestras carnes en la ropa y, sobre todo podemos apretujarnos con otra persona, con ánimos de atortujarlo...

viernes, 17 de agosto de 2012

Con tu larga cabellera...

Este post está inspirado en mi terrible decisión de traer el cabello suelto el día de hoy.


Siempre me había gustado mi cabello, chino como caireles, con forma, sano, de un castaño oscuro (que yo digo casi negro y hay quienes dicen casi güero) decente, que sentaba bien con mi cara y mi personalidad. Además, es fácil de peinar, se atiene a mis designios y puede quedarse en su sitio con muy poca infraestructura (hasta con un clip puedo hacerme un chongo y se queda quieto y bonito).

Eso sí, desenredarlo, o mantenerlo sin nudos no ha sido tarea fácil, cuando era niña sufría muchísimo por eso, pues mi mamá no me dejaba usar acondicionador y a mí me gustaba andar de cabello suelto, así que podrán imaginarse la de nudos que se me hacían. Afortunadamente en la adolescencia descubrí que si me desenredaba el cabello en la regadera era mucho más fácil, y después conocí el producto más maravilloso del mundo: el mouse de Herbal Essences, que no permite que mi cabello se enrede, lo deja fácil de peinar a cualquier hora del día, en cualquier circunstancia.

Como me creí eso de que si tienes facciones finas puedes traer cualquier largo de cabello y estilo, me lo he cortado MUY chiquito (no más de dos centímetros de largo) y lo he traído hasta la cintura; con todas las combinaciones en medio. Para ser honesta, odio traer el cabello suelto, los chinos no son fáciles de acomodar tras la oreja si te estorba en la cara, así que ando como viejo pastor inglés (el perro con el cabello sobre los ojos) y sufre que sufre, así que si me “suelto” el cabello, me hago una media cola, o sostengo los cabellos que caerían en la cara con una pinza o algo. Pero lo mío lo mío, es el chongo, me gusta el cabello amarrado para que no me distraiga ni implique dedicarle tiempo a lo largo del día.

He utilizado también mi cabello como una forma simbólica de vivir o aceptar el cambio, cuando han pasado cosas fuertes o drásticas en mi vida, me he cortado el cabello. Y corto también lo disfruto, no en cualquier longitud, pero sobre todo muy muy cortito o un poquito más largo, de tal forma que igual me lo pueda hacer en chongos o cosas raras.

En los últimos años, sin entender razón, me incomoda traer el cabello suelto, porque la humedad hace que todo el día sienta la espalda mojada (aunque no la tenga mojada, es más, aunque tampoco tenga el cabello mojado) y por eso no me lo he soltado desde hace año y medio (bueno, lo he intentado un par de veces, pero termino con el cabello amarrado y la espalda tensa y “mojada”).  Por esta razón, he pensado seriamente cortarme el cabello muy corto y andar así por la vida, pues tampoco me parece ideal o lógico tener el cabello súper largo si no me lo suelto (implica tiempo de peinado, desenredado, mousse, y demás. Toda una inversión).

P E R O

Ahí surge el conflicto existencial, que ahora se ha convertido en un absurdo existencial. Cuando pienso “hoy sí me lo corto, es lo más práctico y sano y lógico” mi cabeza responde “pero las mujeres atractivas deben traer el cabello largo” ¡¡Qué demonios es eso!! ¿De dónde sale? Porque yo no lo pienso, tan no lo pienso que me he sentido la flor más bella del ejido de cabello corto, así que no entiendo por qué demonios pienso eso. No pienso que tal vez me arrepienta, que esperar a que crezca toma por lo menos dos años, que se me vería la cara más gorda o se acentuaría mi sobre peso… ¡No! Lo que pienso es esa pendejada de que las mujeres deben andar de cabello largo, porque eso es más femenino.

Y uno podría pensar que no es cierto, que son puras tonterías, que nadie opina así, que cada quien puede hacer con su cabello lo que le dé la gana… pero la realidad es que a los hombres les gustan las mujeres de cabello largo y suelto (no entiendo por qué), les llaman más la atención, no sé qué cosas, pero es así. Con sus debidas excepciones, las mujeres bellas y atractivas (las famosas, vaya) andan de cabellera larga y suelta, sensual, y las que se cortan el cabello son bastante criticadas (aunque se vean más hermosas así, o sea su pinche cabello, o lo que quieras y mandes).

Esto, lo diré, está de la chingada; que los juicios sociales sean tan poderosos que se cuelan hasta lo más profundo de nuestro ser, que nos limitan y delimitan constantemente y que no nos permiten sentir que hacemos lo que deseamos o queremos o escogemos libremente (porque inclusive cuando decidimos seguir los prejuicios o juicios, lo hacemos porque queremos, somos libres al hacerlo, y escogemos ese camino: el de la aceptación social; así que nada de que somos víctimas de ellos, que tampoco va por ahí). Yo siempre he hecho lo que he querido, y casi siempre he querido lo que es “correcto”, lo que se acerca más al “deber ser” (aunque podamos cuestionar la legitimidad y procedencia del deber, eso no es tan importante); pero creo que hay límites y que mi cabello debería ser uno. Ya es suficiente con no poder vestirme cómodamente para ir a trabajar, ni poder traer el cabello rosa porque se me da la gana, es suficiente con seguir las normas que nos imponen los jefes y trabajos, pero además permitir que el prejuicio determine el largo de mi cabello ¡ES DEMASIADO!

Tampoco digo que un día de estos me corto el cabello y al diablo. No, pero quiero tomar la decisión (cualquiera que sea) en función de lo mejor para mí, lo que más ganas tengo de hacer, lo más práctico, no lo que alguien más dice que es bello.

jueves, 16 de agosto de 2012

This is the moment!


Cuando el camino se ilumina, me siento extraña, después de tanto tiempo de esperar y vivir “para cuando…”, no estoy segura de qué hacer cuando “ya llegué” a ese punto, cuando los planes a futuro se convierten en presente y los planes dejan de ser eso y se convierten en decisiones aquí, ahora, sin más. Soy de la idea de que uno pasa gran parte de su tiempo planeando lo que “pasará” y dejas de poner atención a lo que pasa. No quiero explayarme tanto en esto, más bien lo damos por sentado: así funciono yo. Planeo y planeo y planeo y pierdo de vista lo que tengo… o, más bien, así era yo y ahora, que decidí vivir aquí y dejar de pensar en el después (porque capaz que mañana me muero y ya no hice ni disfruté nada), el problema es que uno no “planea” (ja, ja, ja) las implicaciones que estos cambios tienen.

 Para hablar del ejemplo que nos atañe el día de hoy, comienzo con recordarles que mi deseo profesional es ser psicoanalista, lo he querido desde hace 7 años y, por diversas razones, no he podido estudiarlo. Toda mi vida profesional, a partir del momento en que decidí ser psicoanalista, se ha enfocado en tener los ingresos necesarios para pagarme la escuela y el análisis. Como resulta evidente, eso no es sencillo, es muy caro formarse y, si además le sumamos mis problemas con la autoridad/malas decisiones profesionales/y otros pormenores, resulta imposible. Afortunadamente, el año pasado decidí que en 2012 comenzaría a estudiar psicoanálisis y que no podía ser de otra forma, haría lo que fuera necesario para lograrlo, desde tragar mierda en un trabajo que quede muy lejos o me traten mal o no me guste, hasta trabajar en una esquina (de intremediaria entre un hombre necesitado y sus orgasmos). LO QUE FUERA. Dicho con melodrama “se me iría la vida en ello”.

Afortunadamente, no se me ha ido (la vida) y puedo decir, con toda la emoción, orgullo y ojo Remi del mundo que hoy COMIENZO MI FORMACIÓN EN PSICOANÁLISIS. Si soy honesta, en ocasiones pensé que no llegaría que seguro mi inconsciente me jugaría chueco (o derecho, y yo soy la que va por el camino chueco) y no podría estudiar… aún así, aquí estamos.

Lo curioso, es que no estoy tan emocionada, no siento mariposas en el estómago, no me costó trabajo dormir (como me pasa cuando salgo de vacaciones o algo emocionante va a pasar, me da lombriz nocturna y duermo muy poco), de hecho me siento un poco desganada… ¡ES EL COLMO! ¿No? Tanto tiempo chingando con que quiero algo y ahora nada de nada, ni emoción ni nada… quiero pensar que es el miedo de aceptarlo, que tal vez, si dimensionara que comenzaré a estudiar lo que desde hace 7 años quiero, me moriría de nervios y emoción y gritaría como loca y bailaría como duendecito feliz. Tal vez, si estuviera dimensionado, y espesara lo que debo expresar, debería dar explicaciones en el trabajo (sobre mi comportamiento), sería oficial y entonces los demás también opinarían y juzgarían y dirían, y tal vez no quiero eso, tal vez es tan importante para mí que prefiero no sentirlo ni compartirlo, dejarlo dentro de mí, abrazarlo como un cachorrito hermoso recién nacido que aún no abre los ojos pero mueve la nariz y hace ruiditos…

Sí, ya que lo escribo me parece que esa es la razón, lo quiero sólo para mí, y aún así, no puedo dejar de publicarlo, de contarlo, de sacarlo, de nombrarlo para que sea real…

Y sólo porque soy bien cursi, les dejo una canción que tiene que ver con esto... (ja)

Cornucopia

Si me preguntan, lo primero que pensaría que significa es secreto o travesura bien guardada, algo con cuerno, pero no malo, sino travieso. Eso, es algo travieso.

Desgraciadamente, el diccionario no está del todo de acuerdo con mi asociación libre, así que lo define como:

1. f. Vaso en forma de cuerno que representa la abundancia. Era u. t. c. m.
2. f. Espejo de marco tallado y dorado, que suele tener en la parte inferior uno o más brazos para poner bujías cuya luz reverbere en el mismo espejo.


Agradezco que los dos significados sean diferentes; el primero está bien, qué bonita es la abundancia (cuando no se trata de las carnes que rodean mi cadera o cintura), y representarla con esa palabra "cornucopia" la convierte en abudancia traviesa, y qué puede haber mejor que eso... ¡nada!

La segunda definición me deja cogitabunda (ajajá con mi palabra, que también estará en esta sección, no hay que preocuparse), ¿qué tiene que ver la abundancia con un espejo con cosas para poner lámparas para que reflejen la luz? Es más, ¿por qué alguien pondría bujías/lámparas en un espejo con la intención de reflejar la luz? No lo entiendo, salvo, ya entrados en pensamientos, que lo que queramos alumbrar con el refjelo de esa luz, sea una cornucopia (según el primer significado), en cuyo caso sí entiendo la razón: uno debe alumbrar y reflejar cualquier cosa que se encuentre dentro del vaso en forma de cuerno que representa, traviesamente, la abundancia. ¡He dicho!

Sólo les suplico a vuestras mercedes que NO la utilicen con el segundo significado, pues eso nos metería en serior problemas, siendo el primero la necesidad de responder la siguiente pregunta: 
¿por qué tienes un espejo con brazos para poner bujías? (O, en su defecto, ¿cuántos años tiene el sujeto en cuestión?).

martes, 14 de agosto de 2012

Odio lo que provocan las Olimpiadas en la gente


Entonces, decía yo odio lo que las Olimpiadas le hacen a la gente, o provocan en ellos.

Primero: un fanatismo, un nacionalismo exacerbado digno de los peores fascistas. La gente traslada la victoria de UNA PERSONA a un país, y en función de ella posiciona a su país por encima de los demás. Podrán decir y excusarse en lo que quieran, pero eso se parece mucho a la filosofía de cierto señor de bajas estaturas y bigote…

Segundo: No compiten países, sino personas. Como insinué arriba, quienes compiten son personas, de carne y hueso, como cualquier otro, con capacidades excepcionales para realizar cierta actividad (esperemos, aquella en la que compiten olímpicamente). No compiten países, son sólo UN sujeto, que compite él solito, no con todo un país, no tiene la responsabilidad de luchar por la honra de su país. No. Él representa un país, pero no ES un país. Por ende, los países no ganan.

Tercero: La mala distribución de la riqueza. Como podrán imaginarse, me indigna que se invierta TANTÍSIMO dinero para crear la infraestructura necesaria para albergar tanta gente y deportes; todo porque habrá “muchas ganancias” pero, y después ¿qué pasa con todo lo construido? ¿todo lo que se gasta y no vuelve a recuperarse? Y, lo MÁS importante: ¿a quiénes les beneficia esto, cómo se distribuye toda esta riqueza? ¿O, como siempre, no se distribuye?

Cuarto: Este es complejo, no estoy segura de cómo explicarlo en pocas palabras, así que tendré que explayarme. Sé y comparto la postura de apoyar el deporte, pero no de la mala distribución (otra vez) de ese apoyo: se invierte mucho dinero para capacitar a los deportistas olímpicos, además del dinero que se les paga (porque es un trabajo, también los deportistas trabajan, formalmente), y (esto es lo que no me gusta) se les “premia” por cada medalla. No es que esté mal que premien a quien tiene méritos (que se acostumbra en todas las áreas del conocimiento y del quehacer humano), el problema es la desproporción del premio. Sobre todo cuando consideras que el dinero del Estado es LIMITADO, no es infinito ni inacabable, y por lo mismo se destinan partidas a diferentes campos, se definen cantidades y objetivos… todo esto con la intención de que alcance, de que pueda otorgarse dinero a muchas actividades o necesidades. Entonces, cuando ves que a los premios olímpicos les destinan un montón y a otras áreas no lo suficiente, a mí me molesta. Y no son sólo los pesos y centavos, también es la influencia en el pensamiento de la gente. Escuché la semana pasada a alguien del trabajo decir que debía otorgarse más dinero para los deportistas, porque ellos sí estaban haciendo algo por el país, porque ellos eran lo mejor de lo mejor… ¿y los demás? ¿Qué México no es un TODO, integrado de MUCHA gente que es IGUAL? No, claro que no, porque el campo y los pobres y los desprotegidos y los necesitados y los que han sufrido abusos, esos no nos hacen ver bien, esos deben borrarse de la tierra y de nuestras mentes (que es lo que hace todo el mundo), ellos deben trabajar y no merecen premios, ellos no tienen nada que ver conmigo, ellos no son parte de mi país, porque yo soy un campeón y, por ende, mi país también.

Otra vez estamos frente al nacionalismo clasista, frente a la discriminación, a la cancelación y negación de cualquier objeto/sujeto que opaque mi fantasía de mí. Y esto, perdón, pero yo no puedo aceptarlo ni concederlo. Aunque las Olimpiadas no sean, en sí misma, las causantes de esto, sí son parte del problema, porque su discurso es discriminador.

(Y ni siquiera voy a escribir lo que opino sobre el trato que se le da a los deportistas en el entrenamiento, el abuso y violencia que sufren para “ganar”).

Repatingarse

Esta está en mis 10 palabras favoritas, no sólo porque me cuesta muchísimo trabajo pronunciarla (pienso que se dice repantigarse, y aunque sé que no, me sale así) sino porque así es como le gustaba a Sherlock Holmes pensar en su sillón y, como consecuencia, a mi abuela.

Casi me muero de la risa cuando la busqué en la RAE, primero porque escribí repatingar, pensé que, al ser un verbo, terminaría en infinitivo, pero ¡no! supongo que, como es una acción que realiza el sujeto en sí mismo, debe llevar la (¡no recuerdo la palabra!)... supongamos que terminé la oración... la RAE, lo define como sinónimo de
R E P A C H I N G A R S E

¿Podría ser mejor? ¿Alguien puede pensar en un sinónimo más chingón? Bueno, estoy que no quepo de emoción, remolineándome en la silla.

Repachingarse es, finalmente, definida como:
Arrellanarse en el asiento y extenderse para mayor comodidad.

Me parece que esta sería la forma más adecuada de definir la forma en que yo me siento. Sin importar cuánto me criticaron mi tía y mamá, me gusta sentarme y extenderme, resbalarme, dejar que mi cuerpo encuentre el punto en el que esté más cómodo en la silla, sin importar si cumple o no con las normas de sentado y decencia.

Jerigonza

Lo interesante sería averiguar dónde escuché esta palabra (o leí), porque nunca la he usado.

Jerigonza, ja ja ja, sólo de decirla me parece que implica diversión o risa. La RAE, la define como:

1. f. Lenguaje especial de algunos gremios.
2. f. Lenguaje de mal gusto, complicado y difícil de entender.
3. f. coloq. p. us. Acción extraña y ridícula.
andar en ~s.
1. loc. verb. coloq. Andar en rodeos o tergiversaciones maliciosas.


Básicamente, es sinónimo de caló, y no es una actitud, sino una forma de utilizar el lenguaje (que la hace aún más interesante). Desgraciadamente, no encontré nada más al respecto.

Para culminar, como había prometido, haré una oración con dicha palabra (lo olvidé en las otras, qué pena):

  • No hay nada peor para la libido que andar en jerigonzas.
  • Cuando voy al centro, escucho tanta jerigonza que no entiendo de qué hablan.