martes, 12 de agosto de 2014

10 cosas que odio de mí. Parte I

Hoy en la mañana, por alguna razón que casual y convenientemente olvidé, pensé que hay ciertas conductas mías que odio. Esas cosas que uno hace y sabe que no debería hacerlas, que está mal, o que molestan, incluso a uno mismo. Así pues, decidí escribir 10 cosas que odio de mí, (porque cosas que odien los demás de mí, o que yo odio de los demás, tomaría el blog completo, ja ja).
  1. 1.       Kleenex en todos lados. Desde pequeña, y como toda mi familia, soy muy mocosa. No sólo cuando tengo gripa, sino en general, moqueo. Si hace frío, calor, como ciertas cosas, o pica demasiado, o me voy a acostar… lo que sea, siempre motiva que el moco salga a saludar. Por eso, uso muchos kleenex y tengo la pésima y horrible costumbre de dejarlos en todos lados, T O D O S lados: en las bolsas de los pantalones, sacos, gabardinas, abrigos, sudaderas, en cada uno de los compartimentos de mis bolsas, en el coche, el sillón, la cama, el buró, la mesa. Por más que procuro tirarlos a la basura, o por lo menos no dejarlo cual Hansel y Gretel, no puedo. Me acuesto y en el buró hay siempre uno o dos kleenex usados o a medio usar (y tengo un bote de basura ahí mismo, justo para eso), los tiro al bote y al día siguiente es lo mismo. Y pasa eso en el sillón también, que cada que me siento uso un kleenex, y según yo al levantarme los tiro en el cesto, pero cuando vuelvo a sentarme encuentro más.
    2.       Cuando me enojo o emociono, no controlo el volumen de mi voz. Este es otro de esos misterios de mí ser: el volumen de mi voz. Siempre he tenido una voz particular (por no decir medio fea), me cuesta mucho trabajo hablar en un tono que sea un tono (suelo hablar hasta desentonada) y mucho más controlar el volumen. No me doy cuenta y comienzo a hablar más y más alto, hasta que me vibran los oídos o noto que la gente me mira “raro”. Ahora puedo controlarlo un poquito más, tengo consciente que con ciertas emociones en automático subo el volumen, así que puedo preverlo un po-qui-to (que tampoco me sale bien en todas las ocasiones, o con todo el éxito que esperábamos).
    3.       Ya lo sé. ¿no les turbo molestan esas personas que todo lo saben, todo lo han hecho, todo lo han leído, todo todo todo? Sí, con cagantes, a todos nos caen gordas. Y sí, también es cierto, que yo soy de esas personas L. Quiero decir que tengo una semi-justificación al respecto: tengo muy buena memoria y pongo atención a lo que me dicen o leo/veo/aprendo. Por eso, sé muchos datos pendejos o curiosos que escapan mis áreas de estudio; recuerdo cómo llegar a muchos lados, y sé quién hizo qué, dónde y cuándo. Sí, es una semi-justificación, porque también podría simplemente cerrar la bocota y escuchar lo que los demás tienen que decir. ¡Pero no! Tengo que salir a relucir, abrir la boca y decir “uy, yo lo sé, ya lo sé, claro porque…” Para darme unas cachetadas, de verdad.
    4.       Reloj suizo en mano inglesa. Soy re puntal y me siento orgullosa de serlo. Tanto para llegar como para esperar, siempre puntual. Mis conocidos saben lo mucho que me molesta la impuntualidad en cualquier situación (una amiga súper impuntual me preguntó un día qué va a pasar si mis analizantes llegaran tarde. Obvio, le contesté que eso no me molestaba porque era parte de mi trabajo y, acá entre nos, porque su retraso tiene que ver con ellos y no conmigo; mi trabajo es estar ahí, será el analizante quien decida cómo o a qué hora está él/ella ahí). Con mi ex (el recientemente inscrito en esa categoría) era un problema serio. Él llegaba tarde y campante, como si la vida fuera hermosa, y yo montada en cólera porque tenía media hora esperándolo; después, se ponía súper agresivo porque yo estaba molesta y era una chingadera, nada importante ni que mereciera mi mal humor (no mamar), así que eso terminaba en que cada quien se fuera mentando madres a su casa. La verdad, es que yo nunca renunciaré a creer que yo tenía la razón. Es muy fácil: si uno dice una hora, es a esa hora, o a la hora que egoístamente y sin avisar a mí más me convenga. Además, como bien decía mi abuelo, es una cuestión de respeto y, si no respetan tu tiempo y compromiso, ¿qué te hace pensar que serán capaces de respetarte en otros aspectos?
    Tengo que irme, y ya se me acabaron las cosas que odio (ja, las olvidé), así que mañana seguiremos con esto.

2 comentarios:

  1. Coincido contigo en la segunda (aunque sólo cuando me emociono; cuando me enfado hago al contrario y hablo bajiiiito, cual víbora, jajajaja) y en la tercera.
    La cuarta la aplico aquí en las Europas. Cuando vivía en Sudamérica me adaptaba a la impuntualidad endémica. Jajaja. Besotes!!!

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    1. Tendré que mudarme de país, de verdad que sí... ja ja.
      Besos!! :)

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