viernes, 14 de noviembre de 2014

Pick-up lines

Hay gente que utiliza esas pick-up lines, esas frases o expresiones ensayadas o heredadas que "garantizan" que la chica (o chico) a quien las dirigen, tengan éxito y ella (él) caiga rendida(o) como cucaracha con insecticida.

Yo no las he utilizado, desgraciadamente mi boca siempre escupe frases filosas, irónicas, sarcásticas, y poco aceptadas por la sociedad en dichas ocasiones (o en casi cualquiera, lo sé), y no estoy segura de que alguien las haya utilizado en mí alguna vez. Afortunadamente, ayer viví algo maravilloso que dio pie a pensar en el nuevo universo de las pick-up lines.

Estaba yo en la fila de Starbucks, con la mejor intención de comprar un café que me permitiese despertar y pasar la mañana sin asesinar a alguien; llegué a la caja, hice mi pedido, caminé unos pasos, regresé por un cenicero y, de pronto, lo vi: un condón tirado. Sí, así como lo leen, había un cordón tirado en el piso, junto a las cajas. No pude más que pensar las opciones por las que eso estaría ahí:
  • Un chico sacó de su cartera el dinero para pagar el café, y el condón se salió de ella;
  • Un chico traía en la bolsa del pantalón, junto a la cartera, un condón, y al sacar una, no pudo evitar que el otro también saliera;
  • Una chica sacó la cartera, y entre el mar de tonterías que traía en la bolsa, salió el condón;
  • El chico dejó caer, sigilosamente, el condón, con la esperanza de que una bella chica lo recogiera, se acercara a él, y se lo regresara.
Sí, ya sé, mi mente es una fantasía romántico-grotesca de lo peor. Pero esa última opción es la mejor de las mejores. La idea de usarlo como pick-up line me parece metachingona, más allá de lo que cualquier donjuán pudiese imaginar. Pude divisar la escena en mi cabeza:
[Un muchacho espera a que le tomen la orden en un café, llega a la caja, ordena, saca la cartera, y sigilosamente desliza un condón por su pantalón. El condón cae, en silencio, en el piso. El muchacho avanza para recoger su café. Unos segundos después, una chica joven, bella y sencilla, ve el condón, lo levanta, y se acerca al muchacho]
Ella: Hola
Él: (voltea sensualmente) Hola
Ella: Se te cayó esto (le muestra el condón, y le dirige una mirada de coquetería inocente).
Él: Gracias (sonríe y le muestra una dentadura perfecta, en una sonrisa arrobadora). No me di cuenta, qué vergüenza.
Ella: Para nada, a todos nos podría pasar... Además, habla bien de ti que te cuides y vayas preparado en cualquier circunstancia, uno nunca sabe dónde o cuándo podría necesitarse.
Él: Tienes toda la razón, no lo había pensado así (su sonrisa se convierte en el Nirvana, ella suelta un pequeño suspiro).
[Él le ofrece el brazo, ella engarza ahí el suyo, y se van juntos a usar el condón.

JA JA JA
Qué vergüenza de imaginación la mía. Más allá de lo malo que está mi diálogo, creo que la idea de usarlo para ligar es maravillosa, y más cuando se lo cuenten a los amigos:
Ella: Nos conocimos en un café, a él se le cayó un condón del bolsillo, yo lo recogí y se lo regresé...

A ver, ¿quién no quisiera contarle esa historia a los nietos?


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