viernes, 5 de diciembre de 2014

Volver, con la frente marchita

Me encanta esa canción, Volver, es triste y melancólica, pero me gusta. Me gustaba mucho porque la asociaba a él, porque pensaba que algún día habría que volver... no sé a dónde, ni siquiera sé quién, pero sabía que eso volvería.

Freud y Lacan, plantearon que el tiempo de lo inconsciente, el tiempo en el que suceden las cosas en lo inconsciente, no es un tiempo cronológico, sino lógico. Es decir, que nada tiene que ver con el momento en el que, según el reloj, suceden las cosas; tiene que ver con un tiempo que se mide con otra medida, que sigue una lógica que no responde a razón alguna. Por ejemplo, cuando una mujer le dice a su pareja "tiene mucho que no me dices que me amas", y él contesta que lo hizo esa mañana, recién. Pero eso es mucho tiempo para ella, porque, lógicamente, es mucho tiempo, han sucedido cosas que hacen que lo viva como mucho tiempo. De la misma forma, hay sucesos que se viven como si fuera ayer y en realidad han pasado muchos años.

Así funciona, no es una cuestión cronológica, no responde a un orden predeterminado.

Yo lo descubrí esta semana. El tiempo funciona muy extraño. Pasé diez años extrañándolo, pensando en él, con un vacío que dolía mucho y no se iba. Finalmente, en diciembre se fue ese dolor y pude acomodarlo en su lugar, dejarlo descansar y permitir que me acompañara de una forma diferente. No es que lo olvidara, eso ni siquiera es pensable, es que se acomodó diferente. Casi un año después de inaugurar su lugar, nos volvimos a encontrar...

Le escribí un mail para preguntar si podía compartir sus tesis con mis compañeros de estudio, él contestó que sí, pasaron unos cuantos correos raros, como de reconocimiento, con cautela, desconcierto, miedo y, de repente, casi sin darme cuenta, estaba otra vez con mi amigo, escribéndome con él, compartiendo, sintiendo cariño y apapacho. Nos volvimos a encontrar no porque establecimos contacto o una relación, otra vez; no, nos exactamente así, nos pudimos re-encontrar porque ahora fue desde este otro lugar, porque estos años habíamos estado perdidos (por lo menos en mí así era), todos los intentos de acercarme habían sido fallidos porque eran mensajes erróneos, de lugares equivocados, confusos.

Han pasado diez años, no nos hemos visto (físicamente) en más de ocho años, pero eso sigue aquí, el cariño, el interés, lo bonito de la relación, ése amigo que tanto anhelé y extrañé está aquí, otra vez; y parece que el tiempo no pasó, que fueron sólo unos días de distancia... y al mismo tiempo, un universo ha pasado, porque él no es el mismo, yo tampoco... muchas cosas han cambiado, otras han desaparecido. Sé que el espacio y el tiempo que pasaron eran necesarios, lo sé porque se siente acertado, sin dudas.

Y aún con todo esto, el tiempo, el espacio, el duelo, la despedida, nos encontramos otra vez, y me hace sonreír, porque este "nuevo" lugar que tiene no sólo es el suyo, sino que además se siente bonito. 

1 comentario:

  1. Pues es muy bonito eso de recuperar la amistad!!! Sobre todo si ahora ya tenéis claro cada uno cuál es vuestro lugar. Un besote!!!

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¿Soy sólo yo?